Hola de nuevo, como están...
Yo muy bien, muchas gracias por leerme y por sus comentarios, me hicieron muy feliz.
Les confieso que escribir es, en particular, una de las cosas que más disfruto de mi trabajo y sin duda, la que menos hacía... así que entonces... a la pluma...
En la entrega anterior les hablé de varios amigos entrañables y en medio de la historia metí por la ventana a Berta, mi mamá del corazón, madre de mi querido "amigo/hermano Javier", personaje con todas las letras, dueño de un corazón de oro, una de esas personas que siempre están ahí, incondicionales y dispuestas...
Volviendo a Berta... en tan solo un momento más, como cada noche desde hace unos años, sonará el teléfono y en la pantalla dirá Berta.... Y aquí estará ella, acompañándome, como todos los días, con su infalible seguimiento del hilo de mis actividades, mi estado de ánimo y mis próximos movimientos... De hecho, casi no tomo decisiones importantes sin comentárselas y que me aconseje... confieso que muchas veces me saca corriendo pero lo importante para mi es su acompañamiento, es una bendición. Tal es su participación positiva en mi vida que tengo amigos que la quieren, aún sin conocerla e incluso los he visto emocionarse por sus gestos en ciertas situaciones.
Te preguntarás... ¿por qué tanto lío con la madre de un amigo?... y la respuesta es tan sencilla como imprescindible... porque es FAMILIA!... porque su apoyo fue vital para superar mi momentos más difíciles!
Con mis hijitas Tati y Maru, a orillas del Lago Lacar en San Martín de los Andes, Patagonia Argentina.
El motivo de mi sufrimiento fue el que casi todos pasamos tarde o temprano... la separación, situación que parece ser tendencia... y una palabra que me trae a la mente una cita que dice:
"Hay tres palabras que son la antesala del infierno... Tenemos que hablar"
Había llegado mi turno... era a finales de 2018, cuando el fin del amor me sorprendió con la consiguiente pérdida de la que, a mi juicio, es la situación más preciada y feliz para un hombre... estar con su familia. .. Y después de un par de meses complicados, remando en una rompiente de la que no pude salir, el 1 de enero de 2019 me mudé a mi nueva casa... lo que me recuerda una estrofa de una hermosa canción de U2:
"Una casa no es un hogar"...
Pero no les voy a contar más de mi separación...
Solo les hice una breve y súper resumida introducción para que entiendan el porqué de mi enorme tristeza...
Y lo que no me ayudó en nada fue cuando me di cuenta que estaba solo porque ya casi no tengo parientes consanguíneos... solo mi querida prima Graciela con quien hemos cultivado la mala costumbre de no vernos casi nunca...
Esto último me recuerda a otra cita que leí y con la que estoy totalmente de acuerdo, y dice algo así:
En tu peor momento...
A veces... están, incondicionales, tus amigos más cercanos...
Otras veces... te sorprenden y están, incondicionales, tus amigos menos pensados...
Pero siempre... son Ángeles... que se acercan a tu tenue luz para ayudarte a que recupere su brillo...
Porque como dice U2 en otra hermosa canción, invirtiendo el concepto de manera brillante:
"La oscuridad se reúne alrededor de la luz"
Y todo esto me recuerda una historia que nos contaron en “Entretiempo”, un retiro de reflexión cristiana al que tengo el privilegio de pertenecer, que dice así:
"Había un pueblito junto a las montañas, con su típica plaza central y su iglesia.
Un día llegó gente de Defensa Civil y hablaron con el párroco para advertirle que iban a empezar a desalojar a toda la población porque el pueblo se iba a inundar y le pidieron que se una a la evacuación, pero él se negó diciendo... el Señor me ayudará...
Al rato, la policía se acercó e insistió y volvió a negarse de la misma forma...
Al poco tiempo llegaron los bomberos y de nuevo el curita se negó a salir de su iglesia y se refugió en ella, subiendo a su campanario...
El pueblo estaba desapareciendo rápidamente bajo el agua, cuando la prefectura se acercó a la torre de la iglesia para convencer al cura y este volvió a repetir... el Señor me ayudará...
Finalmente el pueblo fue cubierto por la inundación y el sacerdote llegó a su fin.
Aquí viene la parte mística del relato...
El sacerdote llega al cielo y cuando se encuentra con Dios no pudo ocultar su enojo y le dijo... yo tuve fe en vos, nunca abandoné mi iglesia y tu me dejaste morir sin ayudarme!
A lo que Dios respondió... "¿que yo no te ayude?... Te mande a buscar muchas veces y no aceptaste ninguna ayuda"
Y después de todo este bucle de manifiestos, vuelvo a mi querida Berta, con su preocupación y compromiso incondicional… ella me llamaba todas las noches y a veces hasta dos o tres veces al día, abrazándome con su amor hasta que salimos adelante... Y digo salimos, porque estoy convencido de que los que acompañan a los que sufren también lo hacen y eso es puro amor, algo invaluable.
Es por esto que estoy muy agradecido con todos y cada uno de los Ángeles que estuvieron cerca, brindándome amor en medio de mi desamor... y hoy son mi nueva FAMILIA... ¡gracias a todos ustedes!
Te amo Mamá Berta, muchas gracias!
La mayoría de nosotros hemos pasado por situaciones difíciles y hemos sido apoyados por muchos Ángeles y de muchas maneras... seguramente tantos y tan diversos que probablemente no lo hemos notado ni dado las suficientes "GRACIAS"... no duden en hacerlo, es reparador!
"Lo que da sentido a nuestra vida es, a partir de nuestras experiencias vividas y superadas, ayudar a las personas que están pasando por lo que ya hemos sufrido... es a lo que vinimos, lo que le da valor a nuestra existencia"
Y, por favor, si alguno de ustedes no lo está pasando bien...
"No te rindas", mira las señales a tu alrededor, todo pasa... y es simplemente por algo... si eres agradecido... la ayuda siempre llega... te lo garantizo... solo acéptalo... Solo pídelo!
@ffl
Alberto Lapenta
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PD: Les deseo que siempre tengan una rayita de batería para dar un abrazo más!
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